El tifón Bolaven, el más fuerte en los últimos 50 años, azotó la costa occidental de la península de Corea y avanza a gran velocidad hacia el norte, informaron hoy servicios meteorológicos.
Según la agencia surcoreana Yonhap, en Corea del Sur se interrumpió el suministro de electricidad a más de 50 mil casas. Fue cerrada la circulación del transporte por el puente de Incheon, uno de los más largos en el mundo. Están cancelados todos los vuelos internos e internacionales y suspendidas las clases en las secundarias.
El tifón se acerca a la capital del país, Seúl, con unos diez millones de habitantes.
El Ministerio de Defensa de Corea del Sur dispuso trasladar todos los buques y aviones de la zona afectada a lugares más seguros. Dio la orden de formar 67 grupos de reacción rápida por si surgen situaciones de emergencia en el país.
En Rusia fue alertada la Región Militar del Este. El tifón puede afectar extensos territorios del Lejano Oriente ruso desde el 30 de agosto hasta el 1 de septiembre. Los meteorólogos pronostican fuertes lluvias, ráfagas de viento hasta 35 metros por segundo y crecida de agua en los ríos, que puede provocar inundaciones.
Los jefes militares rusos recibieron la orden de tomar medidas para garantizar la seguridad de los soldados, las armas y el material de guerra.
El tifón Bolaven nació en las latitudes sur del Pacífico. El sábado pasado, su presión central alcanzaba los 950 hectopascales. La velocidad del viento en el epicentro fue de 70 metros por segundo. Se levantaban olas de hasta 10 metros de altura. Es el tifón más fuerte desde 1956.
La calamidad natural ya provocó el naufragio de dos barcos pesqueros chinos. Cuatro pescadores murieron, doce siguen desaparecidos. Anteriormente, hizo mucho daño al Japón, que fue el primer país a su paso. Obligó a evacuar algunas localidades costeras. Al menos siete japoneses recibieron heridas.
