Vladislav Kovaliov, condenado a la pena capital como involucrado en el atentado en el metro de Minsk de 2010, ya fue ejecutado, según la notificación del Tribunal Supremo de Bielorrusia del 16 de marzo recibida por su madre Lubov Kovaliova.
“Recibí la notificación sobre el cumplimiento del fallo de pena de muerte dictado a mi hijo”, dijo la madre de Vladislav a los periodistas.
De momento no se sabe si fue fusilado o todavía no Dmitri Konoválov, el principal acusado en ese proceso.
Quince personas murieron y más de 200 recibieron heridas a raíz del atentado perpetrado en el subterráneo de la capital bielorrusa el 11 de abril de 2011.
La investigación pudo demostrar que fue Konoválov quien fabricó el explosivo, lo introdujo en el metro y lo dinamitó. Kovaliov estaba al tanto de la preparación del atentado, pero no lo denunció a los organismos competentes.
Kovaliov presentó una solicitud de indulto. Konoválov se negó a hacerlo. El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, no quiso a indultar a los enjuiciados “debido al peligro excepcional que presentan y la gravedad de las consecuencias de su crimen para la sociedad”.
Lubov Kovaliova dirigió a Lukashenko una solicitud en que pidió posponer el cumplimiento del fallo por un año. Esperaba que en ese tiempo el Comité de la ONU para los Derechos Humanos pueda estudiar el caso de su hijo, quien no tenía la culpa, según ella.
