Roma, 11 de agosto, RIA Novosti. Una italiana de 35 años, vecina de la ciudad de Varazze, ya lleva una semana ingresada en un hospital después de que un tubo de pegamento instantáneo, comprado a un vendedor chino, reventó de repente en su mano izquierda.
El pegamento unió sus dedos a machamartillo y expertos locales sostienen que no hay disolventes químicos capaces de separarlos sin causar daño irreparable a la piel de la paciente.
Por tanto, los médicos se vieron obligados a desistir de métodos quirúrgicos a favor de un tratamiento con vaselina que, a juzgar por todo, se va a prolongar por bastante tiempo.