Moscú, 9 de agosto, RIA Novosti. Rusia devalúa gradualmente su rango de principal mediadora y garante del arreglo en Transnistria, escribe Nezavisimaya Gazeta en su editorial de hoy.
La diplomacia rusa, según este periódico, rehúsa ofrecer a las partes en conflicto un sistema de garantías para que el proceso negociador no degenere en una farsa.
Deseosa de recuperar la influencia sobre Moldavia y, a un mismo tiempo, no perder a Transnistria, Rusia asume una postura ininteligible en las negociaciones, con lo cual podría ceder su condición de intermediaria, pacificadora y garante a Ucrania o a la Unión Europea, cada vez más activa en este terreno.
Las autoridades de Transnistria solicitaron a Moscú el desarrollo de un sistema de garantías internacionales para el cumplimiento de los antiguos acuerdos sobre el arreglo. También pidieron ampliar al nivel de 1992, es decir, de 500 a 2.000 efectivos, el contingente de paz ruso emplazado en esta república rebelde. Su petición hacía referencia a la complicada situación política en Moldavia y al fracaso de las negociaciones para el arreglo, en las que Rusia tuvo la voz cantante en el pasado.
La cancillería rusa se limitó a "constatar con preocupación (...) crecientes señales sobre la escalada de tendencias peligrosas en el campo político de Moldavia, que abortan los esfuerzos para la restauración de la confianza y la estabilidad en el Dniéster".
Transnistria, en la que los rusos y los ucranianos son dos terceras partes de la población, aspira a decidir por cuenta propia su futuro en caso de que Moldavia opte algún día por la fusión con la vecina Rumanía. Desde 1992 procura de Chisinau una promesa al respecto avalada por los garantes (Rusia, Ucrania, OSCE) y los observadores (EEUU, UE) del proceso negociador. Uno de los acuerdos entre Chisinau y Tiráspol estipulaba tal garantía pero Moldavia renunció luego a todos los convenios suscritos.
El nuevo Gobierno moldavo hace lo posible por que el país "vuelva a Rumanía" en cuyo seno se mantuvo hasta 1940. Nadie en Chisinau se preocupa por el hecho de que Transnistria era parte de la República Soviética Socialista de Ucrania en aquel entonces. El dirigente transnistrio, Ígor Smirnov, declaró recientemente que "no hay condiciones objetivas para la reapertura del diálogo con Chisinau". Recordó asimismo que los habitantes de su república, en el referéndum de 2006, votaron mayoritariamente por la integración con Rusia.
Nezavisimaya Gazeta señala que a Transnistria, en principio, le da lo mismo incorporarse a Rusia o a Ucrania con tal de no pertenecer a Rumanía. Si fuera necesario, podrían organizar también un plebiscito sobre la unión con Ucrania, máxime que el nuevo presidente ucraniano, Víctor Yanukóvich, es más leal que su antecesor hacia Tiráspol.
