Moscú, 15 de julio, RIA Novosti. Los pilotos del avión presidencial polaco que en abril pasado se estrelló con 96 personas a bordo cerca de Smolensk, en el oeste de Rusia, fueron presionados por sus superiores durante el aterrizaje, escribe la revista digital Warsaw Business Journal.
La edición hace referencia a un fragmento recién descifrado de las conversaciones en la cabina del Tu-154, en el que viajaban el presidente polaco Lech Kaczynski, su esposa María y 94 personas más, en su mayoría, altos funcionario del Gobierno, el Parlamento y el Ejército de Polonia.
"Si no aterrizamos, me va(n) a matar", dijo supuestamente el capitán de esta aeronave algunos instantes antes de producirse el siniestro.
Esta transcripción del contenido de las cajas negras, que trascendió a la prensa por primera vez, confirma la hipótesis de algunos expertos, entre ellos, el capitán Marian Novotnik, un ex piloto de la aerolínea polaca LOT. En junio pasado, Novotnik afirmó que sus colegas del avión presidencial " se encontraban bajo presión y posiblemente cometieron un error por ello".
Con el tiempo que hacía en Smolensk aquella mañana del 10 de abril, era imposible que el avión aterrizara con éxito, ni siquiera en un aeropuerto como el de Varsovia, por no hablar ya del aeródromo ruso que apenas conocían, declaró el experto en una entrevista con TVN24.
Catástrofe aérea en Smolensk. Infografía
El capitán Robert Zawada, quien asesora al Parlamento polaco en materia aeronáutica, supone que las presiones podían venir de parte del presidente Lech Kaczynski en persona o del comandante de la Fuerza Aérea de Polonia, Andrzej Blasik, una de las personas que se encontraba en la cabina de pilotos durante el aterrizaje. Otro experto militar, Michal Fiszer, comentó que "personalidades importantes, deseosas de que todo salga siempre a su antojo, presionan con frecuencia sobre pilotos".
En 2008, Lech Kaczynski exigió que su piloto aterrizara en un aeródromo georgiano a pesar de que había un tiroteo en la zona. El piloto desobedeció, tras lo cual el jefe del Estado lo llamó "cobarde".
