Bishkek, 26 de junio, RIA Novosti. El Gobierno provisional de Kirguizistán levantó a partir de este sábado - día del silencio electoral que precede al referéndum acerca de la nueva Constitución - el estado de emergencia impuesto en el sur del país a causa de la reciente oleada de violencia étnica.
Un portavoz del Gabinete confirmó que el toque de queda y otras medidas de excepción decretadas en las provincias de Osh y Jalal-Abad se levantan en la medianoche del viernes (18.00 GMT). Las autoridades decidieron que no hay necesidad de prolongar el estado de emergencia porque la situación en el sur se estabilizó, dijo.
Varios días de enfrentamientos entre kirguises y uzbekos que viven en las provincias de Osh y Jalal-Abad causaron a principios de este junio más de 270 muertos y unos 2.000 heridos, según la estadística oficial. Algunos colectivos humanitarios estiman en dos mil víctimas mortales, varios miles de heridos y medio millón de desplazados el balance de la violencia étnica, acompañada por incendios, pogromos y merodeo.
A pesar del levantamiento del estado de excepción, el viceministro del Interior kirguís, Baktibek Alimbékov, afirmó que los cuerpos de seguridad se mantendrán en alerta de cara al plebiscito previsto para el próximo domingo.
El Gobierno provisional instaurado en el poder gracias a las amplias protestas callejeras que en abril pasado forzaron al entonces presidente Kurmanbek Bakíev a fugarse del país y firmar la renuncia, convocó el referéndum para aprobar la nueva Ley Fundamental encaminada a transformar Kirguizistán en una república parlamentaria. Al mismo tiempo, el Gobierno busca legitimar en las urnas su propia situación y propone que la actual dirigente kirguís, Rosa Otunbáyeva, asuma la jefatura del Estado por un período de transición de 18 meses y se encargue de allanar el camino a las nuevas elecciones presidenciales, a las que ya no podrá promoverse como candidata.
