Dzhalal-Abad (Kirguizistán), 12 de abril, RIA Novosti. El presidente depuesto de Kirguizistán, Kurmanbek Bakíev, se pronunció por introducir en territorio kirguís los cascos azules de la ONU para restablecer el orden en la república y evitar los disturbios registrados los días 6 y 7 de abril.
"La Policía está paralizada; el Ministerio de Defensa, regular. No sea que surjan nuevos focos (de violencia), pues será imposible frenarlos con fuerzas propias. Hoy es preciso introducir fuerzas de paz de la ONU en Kirguizistán", declaró Bakíev en una entrevista con RIA Novosti.
También sugirió formar "una comisión internacional independiente" para investigar los recientes acontecimientos. "Del sumario que está en marcha no me fío: es unilateralista y me echará toda la culpa a mí", dijo. Al mismo tiempo, confesó sentirse "responsable por lo ocurrido".
Bakíev rehúsa admitir su derrota a pesar de que la oposición kirguís formó en Bishkek un Gobierno provisional que asumió la plenitud de poderes por un plazo de seis meses, hasta que se aprueben varias enmiendas a la Constitución en vigor y sea posible celebrar nuevas elecciones presidenciales.
Un portavoz del Gabinete interino negó ayer que exista una orden de busca y captura contra Kurmanbek Bakíev. Las nuevas autoridades están dispuestas a "garantizarle la seguridad para evitar un juicio sumarial y una amenaza real a su vida". Anteriormente, la jefa del Gobierno provisional, Rosa Otunbáeva, afirmó que hay gente deseosa de vengarse de Bakíev por la muerte de los familiares.
Junto con el presidente se encuentra en Dzhalal-Abad su hermano, Dzhanibek Bakíev, jefe del Servicio de Protección de Estado. La oposición emitió contra él una orden de arresto, indicándole como principal responsable de la sangre derramada en Bishkek. En unas declaraciones a RIA Novosti, Dzhanibek Bakíev afirmó que tiene "la conciencia limpia", pues sólo dijo "que tirasen a matar contra personas armadas". También reiteró la hipótesis, formulada antes por su hermano, de que los opositores contaron con "algún tipo de apoyo desde el extranjero".
El hermano del mandatario kirguís tiene actualmente escasas personas bajo su mando pero está decidido a "defender hasta el final" a Kurmanbek Bakíev. "Si algunos sicarios o terroristas tratan de atentar contra él, el castigo será drástico e implacable", advirtió.
