Moscú, 1 de abril, RIA Novosti. Muchos contribuyentes rusos empiezan a percibir como vanas las crecientes inversiones del Centro federal en el Cáucaso Norte, escribe hoy el diario Vremya Novostei.
No hay ninguna garantía de que este dinero contribuya a la desaparición de una minoría radical que, como vemos, es capaz de atacar cualquier objetivo en territorio ruso.
Moscú lleva años pagando al Cáucaso Norte subvenciones multimillonarias que en parte engrosan la caja de los terroristas. Parece un rescate con que intenta zafarse de un problema que no consiguió resolver con métodos militares y policíacos.
Dirigentes norcaucásicos le exigieron en reiteradas ocasiones, de forma casi explícita, aumentar las asignaciones y le amenazaron con una desestabilización en caso de negativa. Esa práctica se convirtió en un comercio sistemático con el transcurso del tiempo.
Si los nuevos programas económicos en el Distrito Federal del Cáucaso Norte (DFCN) reproducen el mismo sistema, no cabe esperar ningunos resultados reales en forma de plantas, granjas, sanatorios o universidades operativas. El rescate es algo contrario a una inversión racional.
Los atentados de Moscú y Kizliar amplían en la conciencia ciudadana la grieta que desde hace tiempo separa al Cáucaso del resto de Rusia, señala el periódico.
