Moscú, 9 de marzo, RIA Novosti. El reciente reconocimiento del genocidio armenio en el comité de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes de EEUU, puede conducir a que Ankara de la espalda a Washington y elija como socio energético a Moscú, informó hoy el diario moscovita Kommersant.
No es la primera vez que el genocidio armenio en el Imperio Otomano durante la I Guerra Mundial se convierte en un escollo para las relaciones turco-estadounidenses.
En 2007 el comité de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes adoptó la respectiva resolución que no llegó a ser votada en el pleno del Congreso por los esfuerzos de la administración de George Bush, pero provocó la retirada temporal del embajador de Ankara en Washington.
En esta ocasión la situación es distinta porque durante su campaña electoral Barack Obama prometió reconocer el genocidio armenio.
La iniciativa puede prosperar gracias a la fructífera labor de los poderosos grupos de presión armenios en EEUU, cuyo principal competidor es el lobby judío, que, no obstante, ha disminuido el apoyo a Ankara tras un enfriamiento de las relaciones entre Turquía e Israel.
Al mismo tiempo, fuentes en el Gobierno turco revelaron que Ankara "está dispuesta a abrir las puertas para una nueva cooperación con Moscú" en el asunto energético, si Washington no rectifica respecto al reconocimiento del genocidio armenio.
No obstante, muchos expertos ven poco probable que el documento quede aprobado por el Congreso de EEUU. Turquía apoya las ofensivas de Washington en Afganistán e Irak y EEUU está interesado en fomentar esta cooperación. Además, Washington cuenta con una base aérea en Turquía, cuyo funcionamiento es clave para el éxito de muchas operaciones militares.
El exterminio en 1915 de un millón y medio de armenios por el imperio Otomano en la actual Turquía ha sido reconocido oficialmente como genocidio por muchos países.
El primero de ellos fue Uruguay en 1965, posteriormente le siguieron Rusia, Francia, Italia, Alemania, Holanda, Bélgica, Polonia, Lituania, Eslovaquia, Suecia, Suiza, Grecia, Chipre, Líbano, Canadá, Venezuela, Argentina y 42 estados de EEUU, además del Vaticano, el Parlamento Europeo y el Consejo Mundial de Iglesias.
Por su parte, Turquía se niega a reconocer la autoría del primer genocidio del siglo XX y rechaza todas las críticas al respecto.
