La Haya, 18 de abril, RIA Novosti. Holanda dejará de usar las bombas de racimo CBU-87 y va a destruir su arsenal de estas municiones, anunció el ministro holandés de Defensa, Eimert van Middelkoop, en una carta enviada al Parlamento del país.
Las bombas en cuestión, transportadas habitualmente por los cazabombarderos F-16, son capaces de provocar sufrimientos excesivos, reconoció el ministro, quien recomienda sin embargo mantener en dotación de los helicópteros de combate Apache otra munición de racimo, el lanzacohetes M-261, que es de menor tamaño y tiene nueve submuniciones pequeñas.
El modelo CBU-87 contiene 202 explosivos provistos de detonador mecánico pero sin un sistema de autodestrucción. En algunas ocasiones no explotan al impactar contra el suelo sino más tarde, por ejemplo, cuando un niño recoge estos fragmentos metálicos y se pone a jugar con ellos. En cuanto al lanzacohetes M-261, Van Middelkoop piensa que los chances de una explosión fortuita son los mismos que en el caso de las municiones convencionales.
La diputada socialista Christa van Velzen criticó la postura del ministro, al señalar que en realidad anula la moratoria unilateral impuesta por Holanda sobre el uso de las municiones de racimo.
El Gobierno holandés procura que las armas de racimo con más de 10 submuniciones sean prohibidas por acuerdos internacionales. En mayo próximo se va a celebrar una conferencia internacional sobre este tema en Dublín.
