Moscú, 24 de octubre, RIA Novosti. A penas de prisión de entre 3 y 14 años fueron sentenciados el martes tres jóvenes rusos, miembros de un grupo de cabezas rapadas, que en octubre de 2006 habían matado a un inmigrante kirguís en el sur de Moscú.
El crimen fue cometido en el recinto de una guardería infantil donde los agresores, profiriendo insultos xenófobos, mataron a patadas y puñaladas a su víctima, un natural de Kirguizistán. Los forenses hallaron en el cuerpo 42 heridas cortantes. Uno de los integrantes del grupo había apuñalado anteriormente a otro inmigrante, oriundo de Azerbaiyán, "para degradar a la gente no eslava", según se desprende del veredicto.
