Moscú, 27 de septiembre, RIA Novosti. Médicos rusos descartan necesidad de amputar las manos al quinceañero ruso que llegó de Perm (región de los Urales) a Moscú en un compartimiento de un Boeing-737. La travesía, de dos horas de duración a una temperatura de 50 grados bajo cero, por poco le cuesta la vida a este muchacho, al que descubrieron fuertemente congelado en campo del moscovita aeropuerto Vnúkovo.
"No se trata de amputación alguna. La circulación de sangre en ambas manos se va restableciendo, y los músculos no han perdido su vitalidad", declaró Liudmila Nefiódova, subjefe del Hospital Infantil de Perm.
El adolescente, quien había intentado escapar así de las constantes reyertas familiares, se encuentra "en estado satisfactorio" pero deberá permanecer en el hospital "durante tres semanas más, como mínimo", afirmó la doctora.