Moscú, 27 de septiembre, RIA Novosti. La cancillería rusa manifestó su profunda preocupación a raíz de la escalada de violencia en Birmania y pidió a las partes en conflictos actuar con "moderación máxima" y "buscar las vías para normalizar la situación".
Rusia "sigue atentamente" el desarrollo de los acontecimientos en Rangún y otras ciudades de Myanmar, los interpreta como "asunto interno" de este país y da por sentado que la situación volverá dentro de poco a la normalidad.
"Esperamos que tanto el Gobierno de Myanmar como los participantes de las protestas demuestren una actuación reservada e impidan la ulterior desestabilización", subraya el Ministerio ruso de Exteriores en un comunicado publicado el miércoles en su página web.
Militares birmanos usaron ayer el gas lacrimógeno y dispararon al aire para dispersar en Rangún a varios miles de manifestantes, en su mayoría, monjes budistas y estudiantes. También detuvieron a casi 80 personas y propinaron una paliza a diez monjes cerca de Shwedagon, la mayor pagoda de la capital birmana y el epicentro de los disturbios.
