A continuación se ofrecen las opiniones de algunos expertos a este respecto:
Viacheslav Níkonov, presidente de la Fundación "Política": "La visión europea de Rusia incluye todo un repertorio de clichés como la falta de democracia, la amenaza a la seguridad energética de Europa, las tendencias imperialistas y la opresión de pequeños países independientes en el vecindario. En cuanto a los estereotipos rusos en relación con Europa, es más complicado. Muy poca gente aquí sabe lo que es la UE y confunde este organismo con el Consejo de Europa, la PACE o la OSCE. Muchos rusos piensan que la UE está integrada únicamente por las grandes naciones europeas, a pesar de que últimamente son los países minúsculos de la Europa del Este los que marcan la tónica allí".
Alexander Rahr, experto del Consejo Alemán de Política Exterior: "Los europeos creen que Rusia va derivando hacia el totalitarismo y hasta una dictadura de tipo soviético. Es, probablemente, uno de los estereotipos más difundidos y sensibles dentro de la UE. Rusia, a su vez, está convencida de que el sistema europeo de valores e instituciones democráticas es ficticio. Muchos politólogos en Moscú piensan que los eurócratas de Bruselas se preocupan únicamente por debilitar a Rusia. También es una visión insana".
Mijaíl Marguélov, responsable de asuntos internacionales en el Senado ruso: "El más importante de los estereotipos occidentales consiste en achacarles a los rusos una aversión hereditaria hacia la democracia. Ello genera todo un conjunto de consecuencias falsas, basadas en la idea de en Rusia existe un régimen autoritario porque hay poca propensión a la democracia. Estos clichés se ven reforzados por una visión estereotipada de la UE dentro de Rusia. Algunos rusos mantienen la convicción de que la UE quisiera llevar a su país hacia la ruina, y que los europeos son personas espiritualmente pobres y llena de odio hacia Rusia".
Serguei Karagánov, jefe del Consejo para política exterior y de defensa: "En Rusia se cree que la UE es una estructura débil, hostil hacia Moscú y dominada en realidad por países como Polonia. El estereotipo europeo presenta a los rusos como imperialistas y proveedores poco fiables de recursos energéticos para Occidente. Se requieren cinco o siete años para poner fin a esa incomprensión recíproca. Bruselas se irá acostumbrando en este período al hecho de que Rusia es fuerte, mientras que Moscú dejará de pelear por las posiciones perdidas, va a superar la actual tendencia autoritaria y optará por un modelo más democrático y liberal en su desarrollo. Eso sí, Rusia nunca será como los países de Europa Occidental, y menos aún, como los nuevos Estados miembros de la UE".
