Los procesos que se están operando en el sector financiero y bancario de Rusia son muy parecidos al preludio de una crisis similar a la que tuvo lugar en el Asia en 1997-1998, cuando el decreciente flujo de capitales provocó una devaluación drástica de las monedas nacionales.
Quien lanzó ayer esta advertencia fue el ministro ruso de Hacienda, Alexei Kudrin, y es la primera vez que un funcionario de nivel tan alto hace declaraciones semejantes.
El volumen de obligaciones extranjeras contraídas por los bancos rusos va creciendo a un ritmo demasiado rápido en los últimos tres o cuatro años, lo cual implica el peligro de una crisis, si el flujo de divisas empieza a mermar, dijo el ministro. Kudrin cree también que el Banco Central de Rusia agotó en grado considerable su potencial en lo relativo a la esterilización de la masa monetaria en rublos. En abril pasado, los indicadores de la inflación empeoraron notablemente en comparación con el mismo período de 2006.
Los "créditos arriesgados" en Rusia, al decir de Kudrin, también evocan a la mente lo que pasó en Indonesia, Tailandia, Corea del Sur, Hong Kong y otros países asiáticos. La injerencia del Estado en la economía, así como la concesión de créditos por motivos de amiguismo político e empresarial derivó finalmente en una caída de entre el 7,4% y el 13,1% en el PIB de estas naciones en 1998, recordó el ministro de Hacienda.
El continuo flujo de capitales, en particular, a través de los créditos bancarios y corporativos, contribuye a la pérdida del control sobre la inflación, piensa Kudrin. Las reservas de Rusia en oro y divisas habían incrementado para el 10 de mayo más que en el primer semestre de 2006, según Hacienda. A lo largo del año pasado, el volumen de estas reservas aumentó en US$121.300 millones; y en los cuatro primeros meses de 2007, en más de US$65.000 millones. La emisión de rublos para absorber estas divisas disparó el crecimiento de la masa monetaria a niveles que no se registraban desde 2002.
