La oferta neta de dólares por parte de la población rusa en marzo pasado superó en US$1.100 millones la demanda e incrementó casi cuatro veces en relación con el mes anterior, según el Banco Central de Rusia. La velocidad con que la gente procuraba en marzo deshacerse de la moneda estadounidense era comparable a la de mayo y diciembre de 2006.
Paralelamente, va en aumento la demanda de euros. Su volumen registró en marzo un incremento neto del 50% en comparación con febrero.
A pesar de que los rusos han revisado obviamente sus prioridades monetarias, todavía es prematuro para hablar de un cambio general en el mercado de divisas. El peso del euro en la demanda englobada de divisas por parte de la población rusa subió apenas en el uno por ciento, mientras que el peso del dólar, aun habiendo bajado, se mantenía al nivel del 73% en marzo. Esta situación es resultado del monopolio fáctico de la moneda estadounidense en el mercado inmobiliario ruso, donde las transacciones suelen cerrarse en dólares. La demanda de dólares, por consiguiente, sigue a la evolución del sector inmobiliario.
