Tokio, 10 de mayo, RIA Novosti. Los cazas norteamericanos de la quinta generación F-22A Raptor abandonaron anoche la base militar de Kadena, en Okinawa, pero aún podrían volver durante el año.
Fuentes en el Gobierno de Japón, citadas por el periódico Nikkei, han comentado que Washington y Tokio estudiarán la posibilidad de emplazar esos aviones en el territorio japonés en otra ocasión. Ello se debe al deseo de los aliados de incrementar su potencial militar en la región debido a que Corea del Norte ya tiene, supuestamente, armamento nuclear.
Doce cazas norteamericanos de la quinta generación F-22A Raptor habían arribado a Okinawa en febrero pasado, y en cuatro meses participaron en varios ejercicios militares junto con las Fuerzas de Autodefensa del Japón.
Es la primera vez que EEUU decide emplazar los cazas de quinta generación en el extranjero.
En EEUU rige una ley que prohíbe vender aviones de ese tipo a otros países, pero Tokio ha dado de entender que desea comprarlos y solicitó la respectiva documentación técnica a Washington. Según informaciones preliminares, la parte norteamericana ha reaccionado positivamente a las intenciones de Tokio pero todavía no ha dado respuesta concreta.