Kuala Lumpur, 27 de noviembre, RIA Novosti. Los matices legales que salieron a la superficie a última hora abortaron lo que habría sido una de las ceremonias de boda más extravagantes de la historia. Una pareja de neozelandeses, Donald Wyatt y Bridget Byers, querían contraer su matrimonio en un témpano de hielo, de los que permanecen a la deriva cerca de la costa oriental de Nueva Zelanda, para lo cual habían alquilado ya un helicóptero que debía desembarcarlos en algún iceberg.
El problema es que la legislación neozelandesa permite realizar ceremonias nupciales a una distancia máxima de 12 millas marítimas desde el litoral, o 22,2 kilómetros, y para el momento de la boda las corrientes de fondo habían alejado el témpano más cercano a más de cuarenta kilómetros, así que la pareja tuvo que desistir de su propósito.
‘Si fueran dos o tres kilómetros, habríamos hecho la vista gorda pero la distancia superaba prácticamente dos veces el máximo admisible' - reconoce un representante de la Municipalidad de Dunedin, ciudad donde vive la pareja
