Moscú, 24 de noviembre, RIA Novosti. El emplazamiento de componentes de la defensa antibalística en el territorio de Polonia o Rumania repercutiría negativamente en las relaciones ruso-estadounidenses, opina Sergei Rogov, director del Instituto de EE.UU. y Canadá (Academia de Ciencias de Rusia).
"Me preocupa en sumo grado que el próximo año podamos arrostrar una crisis en las relaciones entre Rusia y EE.UU., entre Rusia y Occidente y, en menor grado, entre Rusia y la OTAN, en caso de que se tome la decisión de emplazar en Polonia o Rumania misiles antimisiles", manifestó el científico en rueda de prensa en RIA Novosti.
Según Rogov, en esta tesitura pueden desempeñar determinado papel los reiterados llamamientos de diversas personalidades rusas a que Rusia se retire del Tratado de misiles de alcance medio y más corto (INF).
"Rusia puede adoptar las correspondientes contramedidas, lo que afectaría sustancialmente las perspectivas de nuestra cooperación con la OTAN", expresó el experto.
Rogov recalcó que la instalación de misiles interceptores norteamericanos en Polonia, Rumania o Bulgaria será inequívocamente interpretada en Moscú como amenaza a la seguridad de Rusia e instó a diferenciar los aspectos técnico-militar y político de este problema.
"Puedo demostrar que los norteamericanos no pueden interceptar nuestros misiles en el tramo de aceleración. Tampoco pueden interceptar los misiles iraníes, con tanta más razón de que no los hay. Pero desde el punto de vista político, es un instrumento muy eficaz para exacerbar la confrontación entre Rusia y EE.UU., entre Rusia y la OTAN", manifestó.
Preguntado acerca de la ratificación por los países de la OTAN en un futuro próximo del Tratado adaptado sobre las Fuerzas Armadas Convencionales en Europa, el experto comentó que ese documento ya es un papel mojado.
"En general, el proceso de control de armamentos se ha visto atollado. Al parecer, nadie ha anulado el Tratado FACE, pero este documento ha perdido todo sentido, porque originariamente estaba llamado a mantener el equilibrio entre las fuerzas de la Organización del Pacto de Varsovia y de la OTAN", consignó Rogov, haciendo recordar que "la Organización del Pacto de Varsovia ya no existe, mientras el número de efectivos en las tropas de los países otanianos es inferior al que se les permite tener a tenor del Tratado".
