Igor Tomberg, RIA Novosti. El problema de dependencia de la economía rusa de las ventas de los agentes energéticos en los mercados mundiales se revela con gravedad en el país, suscitando inquietud entre la población y la cúpula gobernante.
No obstante, el problema se presta a solución. En el momento actual es realmente fuerte la dependencia de la economía nacional de las exportaciones de hidrocarburos, hizo constar el presidente Vladimir Putin durante una sesión de preguntas y respuestas transmitida en directo el pasado 25 de octubre por varias cadenas de RTV. De otro lado, esta dependencia no es tan fuerte como era antes, declaró el líder ruso. A los efectos de alcanzar el objetivo propuesto el Gobierno recurre a los métodos de regulación tributaria y dispone de cuantiosas reservas de oro y divisas y del Fondo de Estabilización, creado para garantizar el cumplimiento de los compromisos sociales ante los ciudadanos en caso de caída en los precios de hidrocarburos. Además, existen los Fondos de Inversión, de Capital de Riesgo y otros instrumentos financieros. Es una buena empresa, considera el presidente.
A juicio de Putin, es negativo el impacto que tiene en la situación macroeconómica en el país la subida de los precios mundiales de los hidrocarburos. Se trata del fenómeno bautizado como "enfermedad holandesa". La entrada excesiva de divisas en el país da pie al reforzamiento del rublo por lo que baja la competitividad de mercancías rusas y crecen las importaciones. Según la evolución de la situación económica conforme al "escenario holandés" está disminuyendo la dependencia existente entre el crecimiento del PIB y los altos presiones del petróleo. En 2004 la subida de las cotizaciones del crudo en un dólar aportaba un 0,1% del aumento del PIB frente al 0,35% registrado en 1999.
El presidente hizo hincapié en la acentuación de las presiones inflacionistas en Rusia. En 2006 los precios de los productos derivados del petróleo experimentaron un aumento del 17% a raíz de altos precios mundiales del crudo. En septiembre de 2006 los precios medios de la venta al público de las gasolinas promediaron 18,4 rublos el litro lo que supone un crecimiento del 2,7% en relación con el mes anterior. En septiembre las bcncinas se encarecieron en 80 entidades federadas de Rusia.
Lo que más preocupa tanto a la población como a los ciudadanos de a pie es la influencia de petrodólares en el crecimiento económico. Al cierre de este ejercicio el PIB ruso se situaría en un 7%, pero aun deja mucho que desear el nivel de desarrollo de los sectores con alto contenido tecnológico y de conocimiento.
La coyuntura favorable en los mercados mundiales de hidrocarburos aun predetermina los éxitos de Rusia el crecimiento económico. Últimamente los precios de los combustibles se mantenían en los niveles extremadamente altos.
En los primeros ocho meses de 2006 en la estructura de las exportaciones un 68% correspondió a las ventas de petróleo y gas, mientras solo un 8%, a los sectores de altas tecnologías.
Rusia promueve al primer plano la tarea de conferir una nueva calidad a la economía nacional. La diversificación de la economía a través de la aplicación de las tecnologías avanzadas es la tarea prioritaria para el Gobierno, hizo constar Vladimir Putin.
El Gobierno cumple con su tarea de inmovilizar la masa dineraria excesiva derivada de los ingresos por exportaciones de petróleo. El año pasado se aportó al Fondo de Estabilización un 70% de los petrodólares, según los datos del ministro ruso de Finanzas, Alexei Kudrin. Este año el fondo acumularía un 74,4% de los ingresos por ventas de crudo y en el horizonte del año 2009, un 67,1%. Los recursos disponibles -en 2006 el Fondo de Estabilización acumularía unos 100 mil millones de dólares- permitirían llevar adelante los proyectos nacionales de gran sensibilidad social, incluso en caso de caída de los precios del petróleo.
Al propio tiempo importa señalar que los petrodólares hacen posible hacer inyecciones financieras en el desarrollo de los sectores de alto contenido tecnológico en lo que insiste Putin. A estas alturas se promueve al primer plano la tarea de vertebrar Rusia como país exportador de altas tecnologías. El programa de diversificación, anunciado por el líder ruso, se calcula para un término de 10 años y posiblemente más. Según los estimados, las reservas prospectadas de petróleo se agotarían en Rusia dentro de 35 a 40 años y las de gas dentro de 80 años. No obstante, habría que apostar por otros agentes de crecimiento: madera y agua. Pero lo principal es invertir en el potencial intelectual de la nación, según se desprende del mensaje del presidente Putin.
