El presidente Vladímir Putin sometió a la Cámara baja del Parlamento el anteproyecto de un nuevo acuerdo sobre la delimitación de poderes entre el Gobierno central y la República de Tatarstán.
Es la primera entidad federada que consigue la firma de tal documento tras una revisión de las competencias regionales. Con todo, los expertos advierten que no cabe esperar una reanimación de las ‘relaciones contractuales' entre el Centro y las regiones.
Durante el gobierno de Boris Yeltsin, el Gobierno federal suscribió acuerdos similares con 46 entidades territoriales en el seno de Rusia pero esta práctica se suspendió con la llegada de Vladímir Putin.
El nuevo acuerdo con Tatarstán será firmado por un período de diez años, mientras que la versión anterior era indefinida, y no tendrá mención alguna de la soberanía de esta república. Tatarstán preservará el derecho de decidir, conjuntamente con el Centro federal, los temas relacionados con sus ‘peculiaridades económicas, medioambientales o de otra índole', en particular, con ‘la explotación duradera de yacimientos petroleros'.
No se contemplan preferencias ni beneficios algunos para la república. En realidad, es un convenio marco que se irá llenado de contenido dentro de los límites de la legislación federal y los acuerdos que firmen a futuro los Gobiernos de la Federación Rusa y Tatarstán.
El vicepresidente de la Cámara baja y militante de Rusia Unida Oleg Morozov, elegido por Tatarstán, descarta la posibilidad de que otras entidades federadas sigan el ejemplo de esta república. Solamente Tatarstán y Chechenia, que no firmaron en su día el Tratado Federativo, pueden aspirar a la suscripción de acuerdos especiales, señala él.
Dimitri Badovski, del Instituto ruso de sistemas sociales, también reconoce que ‘el Kremlin es muy renuente a aceptar relaciones contractuales con las regiones'. Incluso el acuerdo con Tatarstán es un acto más bien simbólico. Lo más importante para el Centro es firmar un acuerdo con Chechenia pero, debido a una serie de razones, se ha decidido que esta república no sea la primera, por lo cual han dejado pasar ahora a Tatarstán. La suscripción de un documento similar con Chechenia es cuestión de varios meses, dice el experto, agregando que este acuerdo será objeto de regateo a la hora de nombrar a Ramzan Kadyrov al cargo de presidente de Chechenia. Esta última república lleva varios años intentando acordar con Moscú el anteproyecto del respectivo acuerdo. Chechenia aspira al rango de zona económica especial y quiere recabar preferencias sustancias en lo que concierne a la explotación de los recursos naturales, así como obtener compensaciones por los estragos de la guerra.
