Moscú, 9 de noviembre, RIA Novosti. La sustitución de Donald Rumsfeld al frente del Pentágono marca el fin del domino ilimitado de los neoconservadores en la política exterior e interna de EE.UU., opina Konstantin Kosachev, responsable de asuntos internacionales en la Cámara baja del Parlamento ruso.
La influencia de los ‘neocons' sobrevivientes, ante todo, el vicepresidente Dick Cheney, tendrá mayores limitaciones en los próximos dos años, y la política exterior de Washington irá adquiriendo por fin un carácter más equilibrado, más atento a lo que digan los aliados estratégicos de EE.UU., entre ellos, Rusia, sobre la solución de los problemas más importantes de la modernidad, dice el diputado ruso.
La época de los neoconservadores, que alcanzó su punto culminante con la llegada de George W. Bush, se destacaba en opinión de Kosachev por un fuerte radicalismo de cara los complicados asuntos internacionales, y por tanto, por una percepción unidimensional y ortodoxa de tales problemas.
‘La dimisión de Rumsfeld es prueba indirecta de que la actual dirección estadounidense ha entendido que esta línea radical e inflexible en materia de la política exterior no tiene futuro' - señala el parlamentario ruso.
