GARANTES DE SEGURIDAD EN EL ESPACIO POSTSOVÍETICO

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NUEVA YORK. Dmitri Kosirev, RIA Novosti. Muchos encuentros y reuniones de la semana "ministerial" de la ONU quedan desatendidos por medios de difusión. Sobre todo eso se refiere a aquellas reuniones en que no se toman decisiones concretas.

NUEVA YORK. Dmitri Kosirev, RIA Novosti. Muchos encuentros y reuniones de la semana "ministerial" de la ONU quedan desatendidos por medios de difusión. Sobre todo eso se refiere a aquellas reuniones en que no se toman decisiones concretas. Sin embargo, tarde o temprano estas decisiones surgen, y adquieren la denominación de "históricas", siendo parte de la reforma de la ONU, actualmente en marcha, dicho sea en otras palabras, del mecanismo del funcionamiento de la comunidad mundial.

Una de estas reuniones de carácter preparatorio y a primera vista rutinario fue la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, dedicada a temas de colaboración con las organizaciones regionales, protagonizada por dos entidades que habían surgido en el territorio de la antigua URSS: la Comunidad de Estados Independientes y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva. El trío de solistas lo constituyeron Vladimir Rushailo, secretario ejecutivo de la CEI, Nikolay Bordiuzha, secretario general de la OTSC y Serguey Lavrov, titular de la cartera de Exteriores ruso.  

El tema de la conversación fue generado a finales de la década de los 90, cuando la OTAN, que se había planteado solamente la defensa de la Europa Occidental quiso extender el área de su responsabilidad a escala global.

Las guerras en Yugoslavia, Timor y Afganistán que estallaron a raíz de aquella decisión, pusieron de relieve que el tema de zonas de responsabilidad no es tan sencillo. Por una parte, la seguridad de cualquier continente puede depender de lo que habrá pasando a miles kilómetros de distancia pero por la otra, la situación en que una organización regional establece su orden en todo el planeta, mientras que la ONU está generando papeles de turno sobre misiones de paz, carece de una normal lógica humana.   

Valga recordar que a partir de finales de los 90 el mundo empezó a plantear sus pretensiones a la ONU, cuyas misiones de paz daban evidentes muestras de impotencia. Muchos conflictos de aquella época se caracterizaban por evidentes fracasos de fuerzas de paz de la ONU. A propósito, las acciones de EE.UU. y de otros Estados no sancionadas por la ONU, sobre todo operación en Irak, se justificaban, por el sencillo hecho de ausencia de otras fuerzas capaces de establecer el orden. 

Precisamente en aquel período la diplomacia rusa propuso introducir cierto sistema en vez de este creciente caos global, partiendo de la filosofía de que la seguridad internacional ha de configurarse de supuestos ladrillos en persona de organizaciones regionales, tales como la OTAN, la CEI, el Tratado de Seguridad Colectiva, la Organización de Cooperación de Shanghai, la Unión Africana, responsables de mantener el orden en sus territorios. Dicha estructura debería estar coronada por la ONU y sus órganos principales: Comité de Estado Mayor, Comité de la ONU contra el Terrorismo, etc. La última instancia ha de ser el Consejo de Seguridad de la ONU.

Dicho sistema se crea actualmente y es el elemento clave de las reformas que se llevan a cabo dentro de la ONU.

Serguey Lavrov informó en la reunión del Consejo de Seguridad sobre el creciente potencial de las organizaciones regionales de África y del aporte que está brindando Rusia a la formación de las fuerzas de paz africanas. El titular de Exteriores ruso resaltó además el papel que ha de jugar en la región la Liga de Estados Árabes.

Nikolay Bordiuzha, secretario ejecutivo de la CEI, enfatizó la necesidad de afianzar la responsabilidad de la CEI y de la OTSC por la situación en su área. Se trata ya no sólo de reforzar los "ladrillos" del sistema sino de fortalecer el amasijo que los une. El habló de la necesidad de desarrollar la coordinación entre las organizaciones regionales, puesto que se han registrado hechos cuando estas últimas actúan en paralelo en la misma región. Otra necesidad, según Bordiuzha es la de prevenir no sólo los conflictos regionales sino también el narcotráfico y el terrorismo. Por ello tanto Bordiuzha como Rushailo aportaron varias propuestas acerca de la coordinación de esfuerzos con la OTAN, OSCE y la ONU, mientras que Serguey Lavrov señaló que Rusia, en su calidad del Presidente del Comité de Ministros del Consejo de Europa desarrolla la interacción del Comité con la ONU.   

Por ahora no cabe la menor duda de que el sistema de responsabilidad de Estados por la seguridad en sus regiones, actualmente en formación, va a despecho  del caos que reina en algunas partes del planeta. El titular de Exteriores ruso Serguey Lavrov informó en discurso sobre los intentos de destruir el sistema de estabilidad en Georgia, que se mantiene por el contingente de paz de la CEI en estrecho contacto con la Misión de la ONU.  

El espacio postsoviético no es la única arena de luchas de fuertes estructuras regionales contra aquellos que pretenden imponer sus criterios geopolíticos. Sin embargo parece que el mundo va acercándose al sistema de seguridad, propuesto por Rusia a finales de los 90.   

 

 

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