Londres, 14 de agosto, RIA Novosti. Los musulmanes residentes en Gran Bretaña temen una nueva oleada de islamofobia a raíz del arresto de 24 personas - en su mayoría, británicos de origen pakistaní pero también algunos ingleses convertidos al Islam - presuntamente implicadas en una conspiración terrorista que pretendía volar varios aviones en vuelos transatlánticos.
Ya se vuelve a hablar aquí del peligro que pueden representar el extremismo islámico de la vernácula y la eventual división de la sociedad a partir del criterio religioso. Después del 7 de julio de 2005, fecha en que tuvo lugar una cadena de explosiones en la red londinense del transporte público, la comunidad musulmana del país también se encaró con una actitud de incomprensión y rechazo.
Los varones musulmanes confiesan que han vuelto a sentir encima miradas nerviosas en la calle, igual que en aquella ocasión, y tienen miedo de que haya nuevos casos de discriminación laboral o crímenes inspirados en el odio religioso. Las recientes encuestas de opinión pública evidencian que los jóvenes musulmanes son el grupo que provoca el mayor grado de rechazo por parte de la sociedad.
Al día siguiente de la noticia sobre el complot terrorista, desconocidos prendieron fuego a una mezquita en Chester, en el noroeste de Inglaterra. El incendio fue apagado muy rápido, y sin que hubiera víctimas, pero los jueces instructores admiten que el delito había sido provocado por la intolerancia religiosa.
Muchos líderes de la comunidad islámica local, entre ellos, el dirigente del Foro Musulmán Británico Hurshid Ahmed, reconocen haber experimentado a un mismo tiempo ‘el choque, porque todavía hay jóvenes involucrados en las actividades que condenamos, y cierto alivio, porque ha sido posible prevenir los atentados'.
‘Aplaudimos la actuación de la Policía, que ha tomado las medidas correctas para impedir la tragedia, pero no deberíamos dejar a ciertos medios o políticos usar todo ello como una oportunidad para acusarnos' - señala Ikbal Sakrani, ex jefe del Consejo Musulmán de Gran Bretaña.
Algunos dirigentes de corte más radical dentro de la comunidad islámica cuestionan, entretanto, la propia existencia de una confabulación terrorista y dan a entender que es el arresto de 24 personas es un ‘ataque inmotivado' contra los musulmanes ingleses con el fin de intimidar al público. Hay quienes atribuyen la reciente operación policial al deseo de proteger al Gobierno contra las críticas provocadas por la postura de Londres ante el conflicto entre Líbano e Israel.
