TeleSUR / 13/08/2006. La polémica fumigación aérea de unas mil 500 hectáreas de coca ubicadas en el Parque Nacional La Macarena de Colombia, se concretó a pesar del rechazo de organizaciones ambientalistas, que alegan que esas aspersiones causan daños irreparables a los ecosistemas.
Estas fumigaciones aéreas se convirtieron en el último recurso del gobierno de Álvaro Uribe para acabar con los cultivos ilícitos de coca, luego que fracasó la estrategia de erradicación manual iniciada a principios de 2006.
Según declaraciones en ese entonces, el mandatario colombiano aseguró que la erradicación manual sería efectiva en La Macarena.
"Bajo responsabilidad de nuestra policía concentraremos todos los grupos de erradicación manual de droga en La Macarena y no saldrán de allí hasta que tengamos arrancada manualmente la última mata de coca de este parque", dijo Uribe en 2005.
El plan de erradicación manual, desde su implementación, ha sufrido reveses que provocaron el éxodo masivo de erradicadores. El 28 de diciembre de 2005, al menos 29 soldados del Plan Patriota colombiano murieron en combates en La Macarena.
Los soldados muertos eran escoltas de policía antinarcóticos que arrancaban plantas de coca en La Macarena.
Las cuadrillas de civiles que fueron utilizadas para la labor manual, terminaron renunciando en gran número debido al incumplimiento de garantías (de seguridad física) ofrecidas por el gobierno colombiano.
Algunos erradicadores continuaron con los trabajos, hasta que un nuevo suceso consternó a la opinión pública: El pasado dos de agosto ocho civiles perdieron la vida al caer en una plantación sembrada de minas antipersonal, cuando realizaban labores de supresión manual de plantaciones de coca.
Este hecho impulsó la decisión de Uribe de iniciar la fumigación aérea que logró completarse en una semana.
"Yo creo que el mundo va a tener que comprender la necesidad de que fumiguemos, para evitar que a nuestra gente la sigan masacrando con el terrorismo", destacó Álvaro Uribe.
Aura María Puyana, especialista en lucha antidroga consideró que el Gobierno colombiano tiene gran responsabilidad en la muerte de los ocho civiles en La Macarena.
"El Estado no puede con mucha irresponsabilidad ofrecerle trabajo a civiles en un teatro de operaciones militares, porque sabemos que el Plan Patriota tiene uno de sus epicentros, precisamente en esa zona del pie de monte", aseguró la especialista.
Las organizaciones ambientalistas han expresado su preocupación, al considerar que estas fumigaciones aéreas son altamente nocivas para el ambiente y las reservas naturales.
Luego de la fumigación en La Macarena, los ambientalistas temen que esta medida se lleve a otros parques nacionales que también se encuentran sembrados con coca, pero protegidos por protocolos internacionales.
El Parque Nacional La Macarena está ubicado en el Departamento del Meta, a unos 170 kilómetros al sur de Bogotá y tiene una extensión aproximada de 629 mil hectáreas. Por su diversidad ecológica, es considerado uno de los refugios de fauna y flora silvestre más importante del planeta.
Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), los cultivos de coca en Colombia sufrieron un incremento de 10 por ciento, llegando a las 80 mil hectáreas sembradas; esto a pesar de ser el país en América Latina, que recibe más ayuda para planes antidrogas.
