RUSIA Y LA ASEAN ESTÁN HABLANDO EN UN MISMO LENGUAJE

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KUALA LUMPUR. Dmitri Kosirev, RIA Novosti. El ministro de Exteriores de Rusia, Serguey Lavrov, llegó al encuentro postministerial Rusia - ASEAN directamente del aeropuerto de la capital de Malaysia, Kuala Lumpur, al que arribó de Roma, donde en una conferencia internacional se debatieron problemas del Líbano, Israel y Oriente Próximo.

KUALA LUMPUR. Dmitri Kosirev, RIA Novosti. El ministro de Exteriores de Rusia, Serguey Lavrov, llegó al encuentro postministerial Rusia - ASEAN directamente del aeropuerto de la capital de Malaysia, Kuala Lumpur, al que arribó de Roma, donde en una conferencia internacional se debatieron problemas del Líbano, Israel y Oriente Próximo.

 

En lo que atañe a la reunión de Kuala Lumpur, la llaman "postministerial" porque anualmente en una de las diez capitales de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático primero se celebra una conferencia de ministros de Exteriores de dichos países. Luego ellos "llaman para conversar" uno tras otro a sus homólogos de los Estados socios, que no son del grupo, pero juegan un importante papel en los asuntos de la región, por ejemplo, de EE UU, China, Rusia, el Japón, etc. Y por último,  todos juntos - 20 titulares de Exteriores - se reúnen en un foro regional de la ASEAN (ARF).

El objetivo del encuentro Rusia - ASEAN en principio consistió en hacer el balance anual de los resultados del comercio y relaciones políticas. En cuanto a la política, todo anda bien. Por ejemplo, el ministro de Exteriores de Singapur, George Yeo, expresó agradecimiento a Lavrov por lo hecho por éste en Roma en la conferencia para el Líbano. Lavrov por su parte dijo que Rusia apoya las resoluciones aprobadas en Kuala Lumpur por los cancilleres de los diez países de la ASEAN  y los de China, el Japón y Corea del Sur, que sesionaban junto con ellos, en las cuales aparecen expresiones como, por ejemplo, el empleo desproporcional de la fuerza por Israel en Gaza  y las excesivas acciones de represalia en el Líbano.

En Asia del Sudeste, con sus tres Estados musulmanes - Indonesia, Malasia y Brunei - están tan contentos con la posición mantenida por Moscú respecto al Líbano, que hasta calificaron como un mérito de Lavrov lo de haber llegado él a tiempo de Roma, mientras que a otros "no les dio tiempo" para hacerlo. Se trata de Condoleezza Rice, quien llegó un poco tarde y a la que durante el diálogo análogo EE UU-ASEAN estuvo representando un vice de ella. Los participantes de una manifestación antiestadounidense no acabaron de verla llegar.

Mientras que en la política Rusia y la ASEAN están hablando en un lenguaje común, en la economía la situación es más complicada. Serguey Lavrov, entre las prioridades de la cooperación con la ASEAN nombró los derroteros como la lucha contra el terrorismo y las consecuencias de las calamidades naturales, así como el desarrollo del turismo y el fortalecimiento de los vínculos culturales y humanitarios. Los primeros dos puntos tienen, además, un aspecto práctico, pues se trata de efectuar suministros de tecnologías y equipos rusos únicos.

En el orden del día están la puesta en marcha de un mecanismo de encuentros regulares de expertos de lucha contra el crimen transnacional y la perspectiva de establecer contactos permanentes  entre el centro antiterrorista de la Organización de Cooperación de Shanghai, ubicado en Tashkent, y sus análogos de Malasia, Indonesia y Tailandia.

A ello se puede añadir las ideas de Moscú de entablar diálogo respecto a la seguridad energética, en lo cual hay más negocios que política. Rusia espera poder establecer buenos contactos con el comité para la ciencia y tecnologías de la ASEAN. La cooperación en ese derrotero ya se desarrolla, pero Moscú quiere que funcione un mecanismo permanente. Y por último, se desarrolla impetuosamente el turismo ruso en la dirección asiática, necesitando la ayuda de Estado sólo en grado mínimo.

En total, Lavrov mencionó 10 proyectos de cooperación con la ASEAN que necesitan  tal ayuda. Es de notar que los planes de cooperación económica con los países de ésta constantemente se adelantan a la realidad. Verdad que el comercio mutuo crece vertiginosamente: un 20, 30 y hasta 40 % al año, pero todavía no ha excedido 6 mil millones de dólares al año con los 10 países de la ASEAN en su conjunto. Lo cual equivale sólo a un 2% del comercio exterior de Rusia. O sea que las posiciones económicas rusas en la región todavía son muy débiles. Por ejemplo, con los consocios fundamentales, tales como Alemania y China, el giro comercial desde hace mucho ya es de decenas de millones de dólares al año.

Uno de los rasgos específicos de la región consiste en que allá no se puede tender tuberías rusas, a diferencia de China o Europa, además, no existe necesidad de ello. La región posee sus propios hidrocarburos. Allí hace falta ensayar los métodos no tradicionales para Rusia de penetración en mercados. Pero ello se logra a duras penas.

Estos días se celebra el décimo aniversario de relaciones entre Rusia y la ASEAN, las que se establecieron a iniciativa de ésta última. En 1991, Rusia y China fueron invitados al encuentro ministerial de Kuala Lumpur por el país presidente, Malasia. En 1994, la ASEAN inventó el mecanismo ARF, foro a que actualmente asiste Lavrov.  Hacia verano de 1996  a Rusia se le concedió el estatuto de "partenaire de diálogo con la ASEAN", y precisamente a partir de esa fecha se calculan las relaciones mutuas. Además, desde diciembre del año pasado ASEAN elevó Moscú a una categoría más alta del partenariado: desde el nivel ministerial hasta el de líderes máximos. Vladimir Putin tomó parte en la anual reunión en la cumbre del año pasado de la ASEAN, y piensa asistir también a la próxima.

Pero también hoy día, al analizar los expertos regionales qué provecho saca la ASEAN  de sus relaciones con Rusia, señalan en primer lugar los aspectos políticos, por ejemplo, lo de ser Rusia miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, y  una especial influencia de que goza ella en el mundo musulmán: en Oriente Próximo y sobre todo en Asia Central. Y sólo después de ello mencionan los recursos rusos de petróleo y gas o sus posibilidades tecnológicas. O sea que a Rusia no la enfocan como a un consocio económico clave, a diferencia de EE UU y China. Esta es la laguna la que deberemos llenar en los próximos años.

 

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