Moscú, 25 de julio, RIA Novosti. El vuelo en avión para muchos se asocia con una bandeja de plástico en que se sirven porciones de juguete de entremeses, pollo y pescado. Pero ese idilio gastronómico pronto va a terminar, al parecer. La organización de la comida de a bordo es un trabajo costoso, al que están renunciando ya muchos transportistas que garantizan los vuelos internos y chárter.
Como primera víctima de la campaña por ahorrar cayó el alcohol. En la clase económica no lo sirven desde hace varios meses ni en el Aeroflot. Después llegará el turno de la comida. Según estimaciones de la compañía de consulting EFFCO, la comida de a bordo cuesta de 3 a 9 dólares, según el largo de la ruta. Es una cantidad de dinero insignificante, pero cuanto está relacionado con la organización de la comida cuesta mucho, repercutiendo en el costo del pasaje. Además, al renunciar a las bandejas habituales, se disminuirá la masa del avión y, respectivamente, el consumo del combustible. O sea que puede obtenerse un sustancial ahorro.
Todos estos factores hacen a los transportistas aéreos rusos seguir el camino occidental. Durante el vuelo sólo se ofrecerán bocadillos, té, café y agua, cobrando su precio. Verdad que a los pasajeros de la business-clase, capaces de pagar un pasaje costoso, les seguirán ofreciendo la comida "gratuita".
