KOMMERSANT. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ha emprendido un gran periplo internacional. En el programa de su visita figuran Bielorrusia, Rusia, Irán, Qatar y Vietnam. Hoy, Chávez se reúne con el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko.
Hace medio año, Chávez inventó el término "Eje del Bien" para de este modo denominar la unión de Venezuela, Cuba y Colombia formada para desafiar a Estados Unidos. Se podría discutir, desde luego, hasta qué grado son afines las ideologías de los tres regímenes, pero la retórica antiyanqui y antiimperialista no sólo los acerca entre sí, pero ya se convirtió en importante factor de la vida política de todo el continente.
El periplo internacional de Chávez parece ser un intento de extender a escala mundial el "Eje del Bien". No es casual que en el programa de su visita figuren países adscritos por EE.UU. al así llamado "Eje del Mal" (una versión actualizada de la lista negra de estos países vio la luz en enero de 2005, cuando la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, enumeró los siguientes baluartes de la tiranía: Irán, Corea del Norte, Cuba, Bielorrusia, Zimbabwe y Myanmar).
Mediante su periplo el mandatario venezolano legaliza el antiamericanismo como factor de la política internacional. No cabe la menor duda de que Chávez llegará a pleno entendimiento mutuo con los presidentes de Bielorrusia e Irán sobre los problemas más palpitantes de la política mundial. Pero entre estos dos encuentros el enemigo del presidente Bush se reunirá también con su amigo, el presidente ruso Vladimir Putin.
El programa de estancia de Chávez en Rusia es muy denso en contenido. El líder venezolano sostendrá negociaciones sobre la compra de aviones Su-30 y helicópteros, sobre la construcción en Venezuela de dos fábricas productoras de fusiles de asalto Kalashnikov (anteriormente, Venezuela ya había suscrito el contrato de compra de 100 mil de estos fusiles). Y, por fin, Hugo Chávez buscará apoyo de cara a la votación en la ONU (octubre próximo) sobre la rotación de los miembros no permanentes del Consejo de Seguridad. La Administración USA es firme en su deseo de impedir el acceso de Venezuela a este órgano. El Kremlin, pese a estar irritado con los resultados de la reciente cumbre del G-8 y de las conversiones bilaterales con sus socios, no se propone adherirse abiertamente al club antiyanqui. Pero de no figurar Moscú en el itinerario de Chávez, su periplo parecería una visita a Irán y a países de segunda. Precisamente las negociaciones con Vladimir Putin lo convierten en el primer periplo mundial del divulgador de la ideología antiyanqui Nº1.
