Washington, 24 de julio, RIA Novosti. Los ayudantes de Bush, incluidos su asesor para cuestiones de seguridad nacional, Steven Hadley y la secretaria de Estado Condoleezza Rice, temiendo a los servicios secretos de Rusia, sostenían las más importantes conversaciones en la limusina blindada del presidente de EE UU, escribe el semanario estadounidense "Newsweek".
El reportero jefe de esa edición obtuvo de la Casa Blanca la autorización - que se da rara vez - de acompañar a Bush de hecho en todos sus desplazamientos durante su estancia en Strelna, donde se celebró la reunión en la cumbre del G8.
Aunque la guerra fría ya es historia, los agentes secretos de EE UU creen que el presidente y sus asesores siempre se encuentran bajo vigilia, escribe el semanario.
Los estadounidenses trajeron consigo a Rusia una limusina especial, dotada de un sistema de insonorización.
Además, el cuerpo de guardia del presidente de EE UU ordenó que los acompañantes de Bush entregasen sus teléfonos móviles y webpagers, para que los espías rusos no pudiesen captar sus conversaciones.
Según el semanario, en el cielo sobre Strelna, encima de las casas en que se alojaron los líderes mundiales, pendía un globo de color blanco. Los ayudantes de Bush creían que con la ayuda de ese globo se grababa cada palabra de ellos.
La edición informa asimismo que el servicio de seguridad ruso no les permitió a los guardianes de Bush realizar un chequeo en su chalet para comprobar que allí no estaban dispositivos de escucha y cámaras de vídeo escondidas. En una de las piezas del chalet, el servicio secreto estadounidense colocó una carpa negra, para que los ayudantes de Bush pudiesen trabajar con documentos secretos fuera del acceso de cualesquiera cámaras.
La edición refiere también otros detalles de la reunión del G8, incluido el incidente del micrófono que se conectó en la mesa del presidente de EE UU durante su charla privada con Tony Blair.
