Ayer expiró el plazo de presentación de solicitudes de participación en la IPO de Rosneft. Los inversores ofertaron por las acciones de la petrolera rusa más de 12 mil millones de dólares, según datos no oficiales.
Hasta el último momento reinaba incertidumbre el torno a la IPO porque YUKOS pidió a la británica Dirección de Regulación Financiera y Supervisión (FSA) suspender la IPO de Rosneft en la bolsa londinense, fijada para mediados de julio, arguyendo que la petrolera rusa recurrió a los procedimientos ilegales para hacerse con Yuganskneftegas, principal unidad de producción de YUKOS. El conocido financiero George Soros echó leña al fuego con su mensaje a Europa de boicotear la IPO de la compañía rusa. Pero la FSA desestimó la solicitud de YUKOS.
No obstante, se mantienen los riegos a largo plazo para los accionistas de Rosneft. Es probable que YUKOS gane uno de los procesos judiciales internacionales y obligue a Rosneft indemnizar daños y perjuicios. Además, el propósito de Rosneft de adquirir las compañías Tomskneft y Samaraneftegas, en propiedad de YUKOS, podría dar pie a nuevas demandas. Si Rosneft sale perdedora en el litigio con YUKOS, sólo la propia compañía quedaría protegida contra pérdidas financieras y los inversores que se tomaron el trabajo de asegurar sus capitales.
La compañía no asegura contra los riesgos del público inversor, explicó el portavoz de Rosneft, Nikolai Manvelov. "Si uno juega en la bolsa, debe asumir los posibles riesgos", dijo.
"Es muy improbable que YUKOS u otras personas físicas y jurídicas ganen procesos judiciales en Rusia. Ante la situación política configurada, Rosneft se expone a riesgos mínimos -comenta el analista de FINAM, Timur Jairulin-. Al propio tiempo no se debe olvidar los riesgos, relacionados con el pasado y el futuro de la compañía."
