En la quinta edición de la exposición de armamento, que se inauguró ayer en la ciudad siberiana de Nizhni Taguil, Rusia exhibe los últimos logros en el dominio militar.
En esta bienal la industria de guerra rusa rinde cuentas del trabajo efectuado en los últimos dos años. En la edición anterior de la muestra Moscú supo cerrar contratos por importe de 6,1 mil millones de dólares, y el programa de fabricación de armamento y material aumentó un 20%, superando 11 mil millones de dólares. Entre las novedades destacan nuevos sistemas electrónicos de control del material aeroespacial.
Despertará interés entre los especialistas el novísimo carro T-90S, dotado de sistemas misilísticos y artilleros, al que sirvió de prototipo el tanque T-72. Goza de las mismas ventajas: pequeñas dimensiones y masa. Pero en el T-72 (T-90S) modernizado está montado el sistema "Arena" capaz de interceptar todos los proyectiles antiblindaje, tanto guiados como no guiados.
Otra perla de muestra es el BMPT, al que sirvió de prototipo el carro de combate T-72. La necesidad de crearlo se debió a las amargas experiencias de la guerra chechena, en particular, al fracasado asalto blindado a Grozny la noche del 1 de enero de 1995. En aquella operación quedó eliminada la 131ª brigada de fuerzas acorazadas de Maikop que conducía acciones de combate en las estrechas calles de la capital chechena sin contar con el apoyo por parte de otras unidades militares.
El BMPT está dotado de dos cañones de 30 mm, 4 misiles antiblindaje, ametralladora "Kord" y 2 lanzagranadas automáticos. El carro es capaz de batir el blanco a distancia de hasta 5 kilómetros y "limpiar" el área calculada en 3 kilómetros cuadrados. Por su eficacia el carro supera a 6 seis transportes blindados con 40 soldados a bordo.
