Según han mostrado los estudios realizados por el Fondo INDEM, de 2001 a 2005 la corrupción en la esfera empresarial aumentó varias veces en Rusia. En expresión absoluta, el promedio de la cuantía de la dádiva creció en 13 veces.
Considerados los indicadores como la inflación y otros, descubrimos que en 2001 una dádiva mediana permitía adquirir 30 metros cuadros de la superficie habitable en el mercado primario de la vivienda (según precios oficiales de Rusia), y al cabo de 4 años ya podían adquirirse 209 metros cuadros.
Los ingresos corrupcionistas de los funcionarios en 2001 totalizaron 33,5 mil millones de dólares, y 316 mil millones en 2005. Si tales ingresos se cotejan con el giro comercial anual de las compañías, resultará que en 2001 les correspondía el 6,3% de éste, y en 2005, el 30,8%.
¿De dónde los empresarios tienen tanto dinero, para poder gastar en dádivas el 30% de lo que ganan? El fenómeno en cuestión indica que la parte sumergida de la economía rusa se subestima, igual que la economía en su conjunto.
Es de señalar, además, que se trata de unas valoraciones hechas desde abajo. Las proporciones reales de la corrupción son aún más grandes. Primero, en los sondeos sociológicos y las valoraciones estadísticas se usan unas metodologías conservadoras. Segundo, con la ayuda del sondeo no se puede abarcar todos los tipos de la corrupción, por ejemplo quedan al margen los negocios ilegales (narcotráfico, prostitución, etc.). Tercero, no se estudia la corrupción originada por la cooperación entre los propios funcionarios.
¿A qué se debe el aumento de la corrupción en los últimos años? A la falta absoluta del control sobre la burocracia. Durante los últimos 6 años, se aplastaban cualesquiera formas de la autonomía, las que contribuyen a establecer un control exterior sobre la burocracia: la división de facultades, la competencia política, la libertad de prensa, la transparencia de las autoridades, la actividad ilimitada de las organizaciones sociales. La lucha contra la corrupción debe librarse en cinco derroteros básicos. Primero, hace falta crear condiciones políticas que contribuyan a establecer control exterior sobre la burocracia; segundo, reformar el sistema de funcionarios públicos; tercero, reformar el sistema de la dirección del Estado; cuatro, modernizar las instituciones (los organismos judiciales y otros), y quinto, ir transformado la consciencia y las prácticas sociales.
Gueorgui Satarov, presidente del Fondo INDEM.
