Parece que Occidente ha aceptado la interpretación de la seguridad energética como calle con movimiento en dos sentidos, ofrecida por Rusia. Moscú supo defender el derecho de las compañías patrias a firmar contratos a largo plazo con clientes extranjeros y adquirir haberes en el exterior a cambio de suministrar agentes energéticos rusos.
En el poder de VEDOMOSTI obra el informe "La seguridad energética global" redactado por la Agencia Energética Internacional, el que va a servir de base para ser aprobado en la reunión en la cumbre del G8 que se celebrará en San Petersburgo, ha informado una fuente cercana al Gobierno.
Los autores del informe señalan que los precios del petróleo son altos y oscilan mucho, que se espera un brusco aumento del consumo de energía (un 60% hacia 2030) y existe mucha dependencia de la mayoría de los países con respecto a la importación de agentes energéticos. Se necesitarán billones de dólares para organizar un sistema mundial fiable de suministro de energía. Los países del G8 podrían garantizar las respectivas inversiones. Pero para que éstas sean eficaces, hace falta tener regímenes políticos predecibles y estables, un seguro y comprensible sistema de imposición y la falta de barreras administrativas injustas. Se propone que los países abran sus mercados para las inversiones, otorguen información exhaustiva sobre sus reservas de petróleo y hagan transparente el proceso de manejo por el Estado de los ingresos obtenidos de la venta de los agentes energéticos.
Rusia ha subrayado en más de una ocasión que concibe la seguridad energética como movimiento en dos sentidos. "Nuestros amigos europeos piden que les autoricemos estar presentes en nuestro sector energético. Entonces permitan que podamos entrar nosotros en los importantes sectores de sus economías", manifestó el 30 de junio Vladimir Putin. En el proyecto "La seguridad energética global" se subraya que es importante que los países que producen y consumen recursos energéticos puedan adquirir haberes en todo el planeta. Putin manifestó ayer a su vez que para garantizar la seguridad energética, hace falta distribuir justamente los riesgos entre todos los participantes de la cadena energética. Con este fin se debe concertar contratos a largo plazo entre los productores y los consumidores, añadió. Precisamente esta idea está recogida en el documento preparado para la reunión en la cumbre.
La disposición de Occidente a firmar tales contratos en el contexto de liberalización del mercado puede acercar la ratificación por Rusia del protocolo de tránsito de la Carta Energética, sostiene Alexander Shojin, presidente de la Unión de Industriales y Empresarios de Rusia.
Pero el presidente del Club Petrolero Internacional de Moscú, Togrul Baguirov, está convencido de que el documento en cuestión todavía no está bien equilibrado. "Las exigencias de abrir mercados, permitir hacer inversiones libremente, dar información sobre las reservas de petróleo: todo ello responde en mayor grado a los intereses de los países consumidores, mientras que los intereses de Rusia quedan postergados", afirma él.
Una fuente del Gobierno de Rusia también sostiene que la variante alternativa de la estrategia de seguridad energética, que preparó la comisión económica europea de la ONU, ofrecía un equilibrio mejor entre las posiciones de Rusia y Occidente. El representante plenipotenciario de Rusia en el G8, Igor Shuvalov, subraya que el proyecto "La seguridad energética global" no está plenamente coordinado. Procuramos designar el papel decisivo de los mercados y considerar adecuadamente los intereses tanto de los productores como de los consumidores, dijo él a VEDOMOSTI.
