Moscú, 5 de julio, RIA Novosti. Corea del Norte quería hacerse recordar con el lanzamiento de misiles y conseguir algunas concesiones en las consultas multilaterales sobre la desnuclearización de la península coreana, sugiere el experto ruso Alexey Arbatov, del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales.
Pyongyang, según él, se sentía últimamente preocupado por el hecho de que la comunidad internacional había centrado la atención en Teherán - en particular, en la clase de incentivos que podría ofrecerse a la parte iraní a cambio de las restricciones en materia nuclear - y quiso hacerse recordar. ‘No se atrevió a realizar pruebas nucleares porque ello habría significado cruzar el Rubicón... El lanzamiento de misiles balísticos, entretanto, representa en opinión del Gobierno norcoreano una provocación que no es lo suficientemente seria como para provocar sanciones pero, al mismo tiempo, sirve de recordatorio a todo el mundo: Irán no es el único perturbador de la calma en el barrio, hay chavales más fuertes que ya son capaces de causar problemas grandes'.
En plano militar, Rusia debería sacar conclusiones serias y entender que el programa norcoreano puede erigirse en amenaza directa a su seguridad nacional, señala Arbatov.
