Moscú, 30 de junio, RIA Novosti. Reforzar el control sobre la exportación de las denominadas ‘tecnologías sensibles', vinculadas a la producción del armamento de exterminio en masa, es una de las principales prioridades para la seguridad nacional de Rusia, afirma el vicepresidente del Gobierno y titular de Defensa ruso Sergey Ivanov.
Aparte de las cinco potencias incluidas oficialmente en el ‘club nuclear', así como India, Pakistán, Israel que no son reconocidas como tales, y Corea del Norte, que dice tener armas nucleares, hay una veintena de países cuyo potencial permite actualmente desarrollar tal armamento, reconoce Ivanov. Dichas naciones, según él, se encuentran en zonas próximas a Rusia y las fronteras con esos Estados son ‘porosas'. Todos los países industrializados y algunas naciones en desarrollo son capaces de fabricar a día de hoy las armas químicas y biológicas, y hay 25 países que disponen de vectores necesarios para su transporte o podrían desarrollarlo en un futuro próximo.
En los últimos tres o cuatro años, el sistema nacional del control sobre la exportación de ‘tecnologías sensibles' se ha vuelto más eficiente, lo cual queda de manifiesto en un drástico recorte del número de empresas rusas sometidas a diversas sanciones en esta materia.
Al mismo tiempo, el ministro de Defensa ruso considera que los mecanismos del control internacional son usados a veces con fines de competencia desleal y lucha por los mercados de venta para las armas y material bélico convencionales, práctica que él califica de inadmisible.
El enfoque aplicado por algunos países al problema de la no proliferación se vuelve cada vez más politizado y la coordinación de los esfuerzos en diversos foros internacionales se va ralentizando, lamenta el ministro ruso, al mencionar entre otros asuntos atascados el acuerdo sobre la prohibición de la carrera armamentista en el espacio y el mecanismo de verificación en el marco de la Convención que proscribe las armas biológicas.
