La petrolera Tatneft declaró la intención de solicitar la exclusión de sus cotizaciones en la bolsa de valores de Nueva York (NYSE), convirtiéndose así en la primera empresa rusa que decide abandonar el más prestigioso parqué internacional. Los representantes de Tatneft lo explican por los crecientes gastos que implica mantener cotizaciones en EE.UU., así como por el deseo de concentrar la venta de sus acciones en la bolsa londinense, pero algunos expertos dan a entender que la empresa simplemente no está en condiciones de cumplir con los requisitos formulados por la NYSE.
Hasta la fecha, Tatneft ha colocado en la NYSE, en forma de recibos ADR, un 21% de sus acciones ordinarias y puede traspasar la totalidad de este volumen a la bolsa de Londres (LSE) aunque la decisión definitiva será tomada el 30 de junio, en una reunión del Consejo de Directores. Una nota de prensa difundida por esta petrolera constata el ‘notable incremento de los gastos relacionados con el registro en la SEC' - la Comisión estadounidense para el mercado de valores - y anuncia que Tatneft ha decidido centralizar las operaciones internacionales con sus títulos en Londres.
Los profesionales del sector sugieren que en el fondo hay razones más sólidas. ‘Seguro que ese traspaso se debe a la renuencia de especificar los datos contable - dice Konstantin Batunin, de Alfa-Bank -. Los requisitos en Londres no son tan rígidos como en Nueva York, así que las empresas emisoras no necesitan revelar tanta información'.
Vladislav Metnev, de Troika Dialogue, también cree que, en parte, esa decisión es atribuible a las dilaciones en la publicación de informes contables y que a Tatneft realmente no quiere seguir cotizando en la NYSE. Una vez excluidas las cotizaciones, la empresa va a reducir el grado de la transparencia en su gestión.
Desde hace tiempo, Tatneft suele presentar con retraso sus libros contables a la NYSE. Recién ha enviado a la SEC los informes auditados que corresponden a 2004 y los no auditados del primer semestre de 2005. Si la petrolera rusa siguiera en ese plan, obviamente se vería obligada a abandonar la bolsa de Nueva York en contra de la voluntad propia.
