Hong Kong, 19 de junio, RIA Novosti. Es muy probable que Pyongyang se decida a lanzar el misil ya en los próximos días, o hasta horas, porque no arriesga absolutamente nada e incluso podría sacar algunos dividendos, afirma Peter Beck, representante de la fundación International Crisis Group en Corea del Sur.
Corea del Norte, según él, se siente ofendida con EE.UU. que desatendió su petición de negociar todo el conjunto de discrepancias y problemas subsistentes, y pretende acaparar nuevamente la atención internacional con tal lanzamiento.
China y Rusia, en opinión de Beck, difícilmente apoyarían en el Consejo de Seguridad de la ONU la introducción de sanciones adicionales contra Pyongyang. El lanzamiento del misil tampoco afectaría a la ayuda alimenticia por parte de China y Corea del Sur, tema clave para la estabilidad del régimen norcoreano.
En caso de que el lanzamiento sea un éxito, Pyongyang podría incluso subir el listón de las condiciones que formula, a cambio de la buena conducta, ante los países vecinos y ante la comunidad internacional en su conjunto, advierte el experto.
Al mismo tiempo, Beck califica de justificados los recelos de que el misil o algunos fragmentos del mismo caigan en el territorio nipón. ‘Los misiles norcoreanos no se destacan por alta fidelidad ni precisión, así que todo es posible’ – señala él.
La única posibilidad de que Corea del Norte desista de su propósito, es que se lo pida mucho China pero, de momento, no hay indicios de que Pekín realmente haya decidido presionar sobre Pyongyang en este sentido, dice Peter Beck.
Entretanto, Australia se sumó el lunes a Japón y EE.UU. y manifestó, por boca del ministro de Exteriores Alexander Downer, su extrema preocupación ante los planes del lanzamiento de Taepodong-2.
El canciller australiano advierte a Pyongyang que el lanzamiento, calificado por Canberra como ‘provocación’, podría acarrear ‘consecuencias graves’ y acentuar el aislamiento internacional de Corea del Norte.
Japón había declarado la víspera que pediría la convocatoria de una sesión extraordinaria del Consejo de Seguridad en caso del lanzamiento, con sanciones ‘inevitables’ contra Pyongyang.
Estados Unidos, a su vez, amenazó con una ‘respuesta adecuada’ aunque evitó precisar cuál podría ser.
