Las manifestaciones contra la OTAN o, en esencia, anti-Kiev, que se desarrollaron en Feodosia, la advertencia hecha por el parlamento de Crimea de que puede agravarse la situación en toda la región, son un buen pretexto para hacer recordar que la pertenencia de Crimea y Sebastopol a Ucrania es cuestionable.
Crimea es parte histórica de Rusia (se unió a ésta en el siglo XVIII). En 1921, fue proclamada la República Autónoma Socialista Soviética de Crimea, dentro de la RSFSR, la cual en 1945 fue transformada en la provincia de Crimea. Al cabo de 3 años, Sebastopol recibió el estatuto de una ciudad que se subordina directamente a las autoridades republicanas, o sea fue sustraído a la provincia.
El 19 de febrero de 1954, a iniciativa de Nikita Kruschov, el Presídium del Soviet Supremo de la URSS aprobó el decreto sobre la entrega de la provincia de Crimea de la RSFSR a la República Socialista Soviética de Ucrania. Fue un acto que violaba burdamente las Constituciones de la URSS, la RSFSR y la RSSU. En lo que concierte a Sebastopol, no se adoptaron ningunas decisiones oficiales respecto a su estatuto: la ciudad llegó a considerarse ucrania así no más.
La disposición del Soviet Supremo de la Federación de Rusia del 21 de mayo de 1992, que decía que el decreto de Kruschov “no tiene ni tenía ningún valor jurídico”, sigue en vigor. Hasta 1999, en que por un tratado ruso-ucranio fue refrendada la pertenencia de la península a Ucrania, la Federación de Rusia nunca se negó a su derecho a la península. Por cuanto la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, firmada en 1969, permite declarar sin valor los tratados concertados violando normas del derecho interno de suma importancia, Moscú le puede presentar a Ucrania las pretensiones a recuperar Crimea y Sebastopol.
Las fronteras no son eternas, y nunca lo serán, por lo cual no descarto la devolución de estas tierras en una perspectiva. Y de momento conviene plantear con regularidad el tema de nuestros derechos y posibilidades de presentar pretensiones, para que nadie lo olvide.
Sería ingenuo esperar una inmediata recuperación de Crimea por Rusia. ¿Y qué hacer en tal situación? Ya se habló de la posibilidad de establecer un “protectorado de organizaciones internacionales”. Tal solución no le conviene a Rusia. Haría falta estudiar variantes alternativas, por ejemplo, la de introducir el régimen de condominio, es decir de la soberanía ruso-ucrania compartida.
Vitaly Ivanov, subdirector general del Centro de Coyuntura Política
