Tal comentario les puede dar a los europeos la impresión de que sólo gracias a los esfuerzos de estos dos diputados rusos la UE, por último, puede obtener las garantías de recibir gas de Rusia según lo convenido. En realidad, GAZPROM siempre ha sido el monopolista de la exportación del combustible azul, pues le pertenece el 98% de todo el sistema de transporte de gas ruso.
Con la ley en cuestión se pretende fortalecer las posiciones de Rusia en las negociaciones con los funcionarios europeos, los que intentan obligarla a cumplir la Carta Energética de la UE y el adicional Protocolo de Transporte.
Mientras que el “principio del canal de exportación único”, apoyado por el Kremlin, existe sólo como una orientación política, la Unión Europea tiene fundamentos para debatir la política de exportaciones que está aplicando GAZPROM. Pero con la aprobación de la nueva ley, los debates en cuestión o perderán sentido o resultarán mucho más complicados para la Unión Europea.
Al firmar el presidente Putin la ley sobre el derecho exclusivo de GAZPROM de exportar gas, el G8 y la UE obtendrán un manifiesto ruso en materia de gas refrendado de modo legislativo, diametralmente opuesto a la Carta Energética de la UE.
Si la ley en cuestión logra hacer el efecto apetecido en la Unión Europea, tal práctica se multiplicará. Por ejemplo, podrá promulgarse una ley sobre el canal de exportación único también para otros agentes energéticos. En el Gobierno de Rusia desde hace mucho expresan preocupación con el motivo de la “competencia innecesaria” por parte de otras empresas de petróleo y gas.