El presidente en más de una ocasión ya ha dicho que no va a cambiar la Constitución para seguir en su puesto en el Kremlim. Pero según muestra un reciente sondeo efectuado por el Centro Levada entre el 19 y el 22 de mayo en 46 entidades de la Federación de Rusia, esas aseveraciones sólo llevan a aumentar el número de los partidarios de que él cumpla el tercer mandato. Enfocan muy negativamente la propuesta de “introducir en la Constitución unas enmiendas que le permitan a Putin ser elegido para el tercer plazo y más” sólo el 11% de los respondientes, mientras que en agosto del año pasado eran 23%. Ello está relacionado con el descenso del nivel general de los ánimos de oposición a Putin, comenta Leonid Sedov, analista del Centro Levada.
Los sociólogos han notado asimismo un cambio de ánimos en el grupo del ex primer ministro Mijail Kasianov. “Ellos actualmente se manifiestan a favor de que se cree la posibilidad para cumplir el tercer mandato”, dijo Sedov.
Al propio tiempo, los rusos creen poco en que Putin haga lo que promete y no presente su candidatura en 2008. Tan sólo el 32% de los respondientes no dudan de las palabras de presidente. El 18% sostienen que él cambiará sus intenciones bajo presión de quienes lo rodean; el otro 18% opinan que “al percatarse de que en el país no hay otro candidato digno, Putin aceptará presentar su candidatura”. El 19% están seguros de él quiere seguir en su puesto y sólo está esperando un momento oportuno para declararlo.
En opinión del subdirector del Centro de Ingeniería Política, Alexey Makarkin, el presidente aceptará presentar su candidatura sólo en una situación extraordinaria. “Actualmente ello es de hecho imposible hasta en el caso de crear la Duma de Estado y el Consejo de la Federación fundamentos jurídicos para ello. El propio Putin tanto quiere como no quiere seguir en su puesto. Él sabe que ello se acogería negativamente en el mundo. Putin podría hacerlo sólo en una situación extraordinaria o crítica, pero las crisis no se vislumbran. Por lo cual el tercer mandato de Putin de hecho es irreal”, dice el politólogo.
