La semana pasada, los parlamentarios rusos promovieron la iniciativa de reincorporar Crimea en Rusia, dirigiendo al Gobierno la solicitud de estudiar las posibilidades de llevarla a vías de hecho.
“En 2007 expira la vigencia del tratado bilateral con Ucrania, a tenor del cual Rusia reconoce sus fronteras actuales. En relación con ello, antes del 30 de noviembre de 2006 es preciso anunciar que dicho tratado no será prolongado y que la península de Crimea volverá a formar parte de Rusia, tal como lo estipula el tratado suscrito en 1774”, se dice en el mensaje de la Duma de Estado (cámara baja del parlamento ruso).
“Pese a los evidentes disparates jurídicos de esta iniciativa, ya hemos remitido al Gobierno el oficio sobre la posibilidad de reincorporar Crimea en Rusia –han comentado este paso miembros del comité parlamentario para los asuntos de la CEI-. Ahora todo depende de los órganos de poder ejecutivo”.
En opinión de Viacheslav Igrunov, director del Instituto de Estudios Humanitarios y Políticos, la postura de la Duma de Estado no coincide en absoluto con la de las autoridades oficiales de Rusia. “Hoy por hoy, la revisión de las fronteras entre Rusia y Ucrania es imposible –sostiene el politólogo-. Actuando de esta forma, Rusia no conseguirá otra cosa que empeorar su imagen en el ámbito internacional y resucitar el mito sobre sus ambiciones imperiales”.
Igrunov no descarta que esta iniciativa pueda ser una advertencia a Ucrania. “Pero de ser así, la iniciativa de los parlamentarios rusos en primer lugar confundió los planes de los políticos ucranianos de ánimos antiotanistas quienes durante largo tiempo no se cansaron de enfatizar que Moscú siempre había apoyado la integridad territorial de Ucrania y, por lo tanto, no representa ningún peligro”, consignó el analista.
Según él, ahora que los ánimos antiotanistas en Ucrania cunden de día en día, a Rusia se la podría sospechar de atentar contra la integridad de Ucrania. A su vez, ello impulsaría la consolidación de las fuerzas otanistas y tendría como resultado el aumento de su influencia sobre la política interior de Ucrania.
