Moscú, 2 de junio, RIA Novosti. Los propietarios del centro comercial “Electronica na Presne” han prohibido la venta de los audiolibros “El Código Da Vinci”, los juegos electrónicos de este mismo nombre y otros productos relacionados con la novela de Dan Brown.
La prohibición se introdujo como respuesta a la manifestación oficial hecha por el Patriarca Alexis Segundo, en la que él censuró la proyección en los cines del país de la cinta “El Código Da Vinci”, manifestando que éste atenta contra las normas de la moral tradicionales. Pero sus palabras tuvieron un efecto diametralmente opuesto. La gente empezó a llevarse cuantas novelas de Brown había en las librerías y hacer colas largas para ver la película en cuestión.
El presidente de la compañía VFP, de la que forma parte el centro “Electronica na Presne”, Vasily Boiko, es un hombre religioso. Él ha decidido que es un pecado estar ganando dinero, vendiendo una mercancía valorada negativamente por la Iglesia Ortodoxa.
En otras tiendas de Moscú todavía se abstienen de adoptar una medida tan radical.
En el comité de cultura de la alcaldía capitalina han dicho que las autoridades urbanas no quieren inmiscuirse en lo debates que se desarrollan en torno al “mensaje moral” que lleva la cinta. Rusia es un Estado laico, y sus ciudadanos deben decidir ellos mismos qué es bueno para ellos y qué malo, dicen allí.
Pero en otras regiones del país son de otro parecer. Por ejemplo, en Samara, la Fiscalía prescribió al director de un cine local retirar la cinta de la proyección, porque ella puede provocar discordias étnicas. Las autoridades de Krasnodar también están pensando en prohibir oficialmente la distribución de esa obra “herética”.
