El proyecto de ley fue preparado y presentado al Congreso de EEUU un día antes de que el Comité de Relaciones Exteriores del Senado aprobara la candidatura de Rex Tillerson como secretario de Estado —en sustitución de John Kerry—.
"Se trata de los intereses de Exxon, que tiene una gran cantidad de proyectos en Rusia, y existe la sensación de que las sanciones, en realidad, son contra el futuro secretario de Estado", afirmó el vicepresidente primero del Centro de Tecnologías Políticas, Alexéi Makarkin.
"Creo que es una manera de decirle 'hola' a Tillerson o un intento de socavar los lazos entre Trump y Rusia", añadió.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 14 декабря 2016 г.
"No obstante, para Donald Trump será difícil vetar esta ley, porque será acusado de tener vínculos con Rusia. Y la atmósfera actual del Congreso parece capaz de superar el veto presidencial", señaló Makarkin.
Según el especialista, el futuro de la ley dependerá de la distribución de votos.
"Por un lado, la mayoría en el Senado es republicana, pero gran parte de ellos sigue ideas antirrusas. Creo que sería un muy mal comienzo para Trump", agregó.
Las medidas restrictivas afectarán también a las personas jurídicas y físicas que inviertan más de 20 millones de dólares en el petróleo y el gas natural rusos, más de 5 millones en la construcción de gasoductos de Rusia y más de 1 millón en instalaciones nucleares civiles. Las sanciones implican tanto el suministro de bienes y servicios como la tecnología.
Al mismo tiempo, las sanciones afectarán no solo a los ciudadanos y empresas rusas y estadounidenses, sino también a los de terceros países que hacen negocios con Rusia, señaló el diario The Wall Street Journal.
En teoría, estas medidas podrían alterar también la construcción del gasoducto Nord Stream 2 de Gazprom, apoyada por la empresa austriaca OMV, las alemanas BASF y E.On, la británico-holandesa Shell y la francesa ENGIE. No obstante, Gazprom descartó que las nuevas sanciones de EEUU puedan obstaculizar el proyecto.