Europa, la cual tiene una estrecha relación histórica con Oriente Próximo, no participa en la liberación de las ciudades clave en Siria e Irak. El periodista lo ve como una muestra de que el continente ha perdido su otrora importancia.
Según Lapouge, "los tres grandes": Vladímir Putin, Xi Jinping, y Donald Trump, decidirán el futuro del mundo.
"El primero y el más obvio es el tamaño de sus reinos: en la geopolítica de hoy están dominando los mamuts. El segundo punto es que cada uno de ellos piensa y actúa en el marco del concepto de 'nación'".
El autor admite que, como líderes de países industriales y comerciantes con experiencia, los tres se dan cuenta de que el mundo económico está globalizado. Pero en la política, lo pasan todo por el prisma del pueblo, asegura Lapouge.
"En primer lugar está la nación afirman en unísono los chinos, los rusos y los estadounidenses".
Pero las organizaciones supranacionales tienen un inconveniente, señala el periodista.
"Durante ciertos años sus logros fueron fascinantes, hasta que la rutina se derrumbó sobre ellos con el peso de todos los papeles y archivos llevó a la Unión Europea al borde de la asfixia. La reacción fue rápida: el Reino Unido se acordó de que era la más grande nación del universo. Hungría, Italia e incluso Francia empiezan a afirmar que lo supranacional es algo bueno siempre que esté en el pasado".
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 4 de diciembre de 2016
Al comparar a Europa con "los tres grandes", Lapouge señala que los países europeos tienen otra particularidad que "tanto los fortalece, como los debilita".
"El Viejo Continente sigue creyendo en cosas pasadas de moda como el Estado de derecho, la democracia, el liberalismo, la solidaridad, la medicina social. Pero ni siquiera Trump, que asumirá el cargo del principal arquitecto del Estado de derecho, parece dar mucho crédito a estas ideas europeas".
"Durante los próximos meses y años las cartas pueden ser barajadas de cualquier manera. Pero algunos dilemas permanecerán: ¿internacionalismo o nacionalismo? ¿Estado de derecho o religión? ¿Cinismo o moralidad? ¿Guerra o diplomacia? Lo que es seguro es que vamos a entrar en una época de grandes cambios", concluye Lapouge.