"La alianza entre Rusia y EEUU es poco probable. Según expertos, la política internacional y la presión desde el exterior serán un impedimento para las relaciones entre Putin y Trump", asevera el periodista Joshua Philipp.
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"Trump y Putin podrían estar unidos en su deseo de mejorar las relaciones entre sus países, pero en realidad será un proceso duro y delicado", apunta el autor.
No obstante, Thomson admitió que la mejoría de las relaciones entre Moscú y Washington podría suponer para ambas partes "el aumento del bienestar, la reducción de los gastos en defensa, una mayor cooperación en temas regionales y la disminución de la tensión entre la OTAN y Rusia".
Al mismo tiempo, el político británico destacó que "a los nerviosos aliados europeos" no les va a gustar si la nueva Administración de EEUU aborda los problemas que directamente afectan a la Alianza "a sus espaldas".
"No es posible mejorar la situación por arte de magia. Y no hay otra opción que una restauración escrupulosa de la confianza, la transparencia y la responsabilidad", sostuvo Thomson.
Otro analista, el economista Fred Harrison, comentó que "el punto de vista de Trump no coincide con las preferencias de sus colaboradores más cercanos —la hostilidad de la mayor parte de amigos de EEUU en Oriente Próximo"—.
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Por lo tanto, concluye el autor, tanto la política acerca de terceros países como la presión de los medios y socios internacionales obstaculizarán el acercamiento de Putin y Trump.
"La OTAN será el principal antagonista del presidente Trump cuando trate de reducir las tensiones en las relaciones con Rusia. Parece que ya existe un movimiento, dirigido a crear discordia en las relaciones con Rusia, cuyo objetivo es frustrar la política de Trump", admite.