"En 2016 hemos visto un incremento inusual de ciudadanos extracontinentales (fuera del contienen americano)", principalmente africanos, y en especial del Congo, Guinea o Costa de Marfil, señaló René Gómez, gerente de comunicación del organismo.
Problemas sociales, económicos y conflictos que atraviesan algunos países africanos hacen que su población, sobre todo los jóvenes, emigre en busca de nuevas oportunidades en territorio estadounidense.
La difícil trayectoria de estos migrantes comienza normalmente en Brasil, para después llegar a Perú y Ecuador; luego suelen hacer "una travesía por mar para llegar a Colombia o Panamá y continuar por Centroamérica", indicó Gómez.
"Ingresan a Honduras por puntos ciegos, no por los puntos migratorios establecidos en la frontera con Nicaragua, por eso no es fácil detectarlos; a veces aparecen deambulando por las carreteras porque muchas veces llegan con "coyotes" (traficantes de personas) que los dejan abandonados, y ellos continúan con su travesía hacia EEUU", explicó.
Según Gómez, en esos centros se les brinda asistencia, alimentación y medicinas.
La estancia media en Honduras de estos africanos suele ser de entre cinco y siete días.
"Se hace una investigación con Interpol (Organización Policial Internacional) para verificar si han cometido delitos o si tienen problemas judiciales en su país; si es así, se les mantiene en custodia para que la representación diplomática se ponga en contacto con ellos y después se decide si son expulsados o deportados", agregó el especialista.
En los últimos meses también aumentó en Honduras el flujo de migrantes haitianos que viajan a EEUU pues el país caribeño se recupera aún de los efectos devastadores del terremoto de 2010 y del huracán Matthew, que en octubre causó más de 800 muertos.