Este asunto ha sido una de las prioridades de la agenda de la comunidad internacional desde la creación de la primera bomba atómica. Así, en 1946, el tema empezó a resonar en la primera resolución aprobada por la Asamblea General de la ONU.
En 1970 entró en vigencia el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares que establece la obligatoriedad de los países con capacidad nuclear de deshacerse de su arsenal.
Sin embargo, en la actualidad se estima que hay más de 15.000 ojivas nucleares, una gran parte de las cuales está en estado operacional. Además, ni una cabeza nuclear ha sido destruida en el marco de cualquier tratado y los estados poseedores se dedican a la modernización de sus arsenales.
Por lo tanto, el Día para la Eliminación de las Armas Nucleares es un buen motivo no solo para promover la limitación de las armas nucleares, sino también para destacar los beneficios reales del desarme nuclear y recordar las consecuencias que podría conllevar la utilización de este armamento mortífero.