"Nos pronunciamos categóricamente en contra de cualquier tipo de ataques cibernéticos, calificamos tales acciones de ilegales y estamos dispuestos a brindar asistencia a la WADA para llevar a cabo una investigación completa", dijo.
Smirnov comunicó que había recibido una carta del presidente de la WADA, Craig Reedie, "en la que pide que ayudemos en la investigación de los ataques cibernéticos contra la Agencia".
La Comisión rusa ya se había dirigido a Roskomnadzor (Servicio Federal de Supervisión de las Telecomunicaciones, Tecnologías de la Información y Medios de Comunicación) que a su vez confirmó la disposición a utilizar todos los medios disponibles a su alcance para investigar el incidente.
"Nos vemos obligados a constatar que estos ataques cibernéticos socavan considerablemente esfuerzos conjuntos con la WADA para normalizar nuestras relaciones y esperamos que los atacantes sean encontrados pronto", comentó.
Más tarde el grupo filtró más datos acerca de otros 25 atletas.
El director de la WADA, Olivier Niggli, aseguró que los ataques provienen de Rusia en represalia por los informes de Richard Pound y Richard McLaren que denuncian un sistema de dopaje apoyado por las autoridades rusas.