"Era necesario dar la impresión de que Irak sería administrada bajo la autoridad de Naciones Unidas", señala el informe.
Por eso, según refleja el documento, intentaron dotar a la invasión de una apariencia de legalidad para justificarla ante la población de sus países, que rechazaban la intervención militar.
El informe Chilcot es una extensa investigación sobre la investigación del Reino Unido en la guerra de Irak en 2003 que vio la luz el miércoles.
El expresidente español José María Aznar aparece en repetidas ocasiones en el documento por su alto grado de implicación en el impulso de la operación armada.
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Uno de los episodios que constan en el informe narra como, tras una entrevista con Blair el 30 de enero de 2003 en Madrid, el presidente británico sugirió a Aznar que necesitarían una nueva resolución de la ONU —hubo una en los meses anteriores, pero no era lo sufcientemente contundente— para convencer a la opinión pública de que la invasión era necesaria.
Ante esa falta de apoyo a su causa dentro del Consejo, Aznar intentó presionar a dos de las naciones que ocupaban un asiento rotatorio en el mismo —Chile y México— para que le ayudaran a sacar adelante esa resolución.
Las presiones de Aznar no consiguieron torcer la voluntad de dichos países. En marzo de ese año, el presidente conservador comunicó a Blair que no merecía la pena seguir intentado la legitimación de la ONU debido a que estaba prácticamente descartado que la fueran a conseguir.
#Chilcot # GuerraIrak La opinión de @pepabueno. Tony Blair ha pedido perdón, José María Aznar no. https://t.co/X4igEiQeNh
— Ana Terradillos (@anaterradillos) 7 de julio de 2016
En la famosa cumbre de las Azores en Portugal, celebrada el 16 de marzo de 2003, Bush, Blair y Aznar decidieron seguir adelante con la invasión sin el apoyo de la ONU.