El buque de casi 200 metros de eslora es propiedad de sus pasajeros, que adquieren por cifras millonarias departamentos, que van desde pequeños ambientes hasta espacios de seis dormitorios para doce personas, todos decorados de manera personalizada.
Los 165 apartamentos están todos vendidos y sus propietarios son 142 familias de 19 países, la mayoría de América del Norte (49%), Europa (36 %) y de Asia, Australia y Sudáfrica (15 %). Los dueños deciden los trayectos de forma colectiva, tres años antes, seleccionando las mejores rutas de acuerdo con sus intereses.
De esta manera, tienen “un yate privado y una casa de vacaciones de lujo" para "explorar el mundo con seres queridos desde el confort de un hogar decorado por uno mismo", según se lee en el sitio web del barco, que cuenta con spa, restaurantes, cafeterías, salones de té, galería de arte, biblioteca, discoteca, campo de golf y muchas otras comodidades.
“Imagine un estilo de vida que combine el de un yate privado con una casa de vacaciones de lujo, que lo lleve alrededor del mundo, permitiéndole tener una vista nueva desde su balcón cada pocos días”, dice el sitio web de la empresa.
Desde su creación en 2002, The World ha visitado más de 900 puertos en 140 países, circunnavegando el globo, parando en los puertos más exóticos. En esta ocasión, The World se detuvo el 26 de enero en Punta del Este, Uruguay, para seguir viaje a Puerto Madryn, Ushuaia y las Islas Malvinas, Argentina y volver a Brasil parando en Río de Janeiro, Paraty, Búzios, Salvador, Recife y Fortaleza.
